Las mujeres guerrilleras antifranquistas

Las mujeres guerrilleras antifranquistas

Las guerrilleras antifranquistas fueron mujeres que, tras la Guerra Civil española, participaron en la lucha armada y en las redes de apoyo clandestino contra la dictadura de Franco. Su papel ha sido invisibilizado durante décadas, pues la narrativa oficial y la memoria de la propia guerrilla tendieron a destacar el protagonismo masculino.

Muchas de estas mujeres habían estado ya vinculadas a organizaciones políticas y sindicales durante la República y la guerra. Tras la derrota republicana, fueron perseguidas, encarceladas o empujadas al exilio. Algunas se unieron directamente a las partidas guerrilleras en el monte, mientras que otras desempeñaron tareas fundamentales en la retaguardia clandestina.

Entre los nombres que destacan se encuentran María Pérez Lacruz, “La Jabalina”, ejecutada en 1942; Ángeles Flórez Peón, “Maricuela”; Remedios Montero Martínez, “Celia”; Paulina Amaro Pachá; y Magdalena de Cos.

El régimen franquista aplicó contra las guerrilleras una represión doble: por enemigas políticas y por mujeres que rompían con los roles de género tradicionales. Fueron representadas como “asesinas”, “prostitutas” o “malas madres”, buscando desacreditarlas por su condición de mujeres que desafiaban el modelo femenino impuesto por el franquismo.

Libros, documentales y asociaciones memorialistas reivindican sus nombres y trayectorias como parte de la historia colectiva de resistencia al franquismo. Reconocer a las guerrilleras antifranquistas significa también visibilizar la dimensión de género de la represión y de la lucha por la libertad en España, un paso necesario para comprender en toda su amplitud la memoria democrática. 


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