Timoteo Mendieta

Timoteo Mendieta

Carnicero de profesión y sindicalista de la Unión General de Trabajadores (UGT). Comprometido con la causa republicana, fue fusilado el 15 de noviembre de 1939. Fue enterrado en una fosa común sin identificación ni sepultura digna, lo que marcó el inicio de una larga lucha de su hija Ascensión por recuperar sus restos.

Ascensión Mendieta tenía solo 13 años cuando perdió a su padre. Tras la llegada de la democracia, se topó con el olvido institucional y la indiferencia del Estado. Esa persistente desatención hacia las víctimas del franquismo la llevó a recurrir a la justicia internacional en busca de auxilio.

Fue en el marco de la “querella argentina”, una causa judicial impulsada por víctimas del franquismo en base al principio de jurisdicción universal, donde Ascensión encontró apoyo. En 2016 la jueza María Servini ordenó la apertura de una fosa común en Guadalajara. Una segunda fosa, abierta en 2017, permitió identificar a su padre entre más de 200 fusilados.

Con 91 años, Ascensión pudo finalmente enterrar a su padre. Cubierto con una bandera republicana, el féretro fue recibido por decenas de personas que la acompañaron en su lucha.

Durante el homenaje, su familia expresó su indignación por la falta de respaldo institucional. Uno de los nietos de Timoteo denunció que habían tocado muchas puertas sin obtener respuestas, hasta que hallaron la posibilidad de justicia en Argentina. Esta crítica evidenció la soledad con la que muchas familias enfrentan estas luchas.

El caso de Timoteo Mendieta pone en evidencia el abandono institucional que han sufrido durante décadas las víctimas del franquismo y sus familiares. La lucha de Ascensión expuso las carencias de la democracia española frente a su propio pasado y marca el debate aún pendiente sobre cómo el Estado debe enfrentar la herencia de la dictadura. 


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