Tras Enterrar la Ternura
Mi proyecto de fotografía documental, Tras Enterrar la Ternura, explora la búsqueda de respuestas de la familia Navarro Amador con respecto a la desaparición del gemelo de su hermano Ferran, en el contexto de los casos de bebés robados en España tras la posguerra.
Su historia comienza con el quinto embarazo de Concha, donde el ginecólogo negó repetidamente la posibilidad de gemelos. El 8 de julio de 1977, durante el parto, un equipo médico diferente estuvo presente. Ferran nació sano y Concha fue sedada. Lo que siguió fue el nacimiento de otro niño, cuya supuesta muerte ocurrió debido a una complicación con el cordón umbilical.
Las sospechas de la familia crecieron con los años debido a las irregularidades en su caso. Descubrieron que la comadrona presente durante el parto estaba vinculada a otros casos de adopciones ilegales, lo que los llevó a investigar. El año pasado, su caso formó parte de una demanda conjunta con varias víctimas de "bebés robados". Esperan obtener permiso para exhumar el supuesto lugar de entierro del segundo niño, en busca de una posible (o falta de) coincidencia de ADN, lo cual se les ha denegado dos veces.
Fui invitada a la vida de la familia Navarro Amador, viviendo con ellos, realizando entrevistas y documentando su viaje. El objetivo era capturar su lucha emocional, los desafíos de enfrentar un pasado doloroso y su inquebrantable determinación por descubrir la verdad.
A través de mi trabajo, mi objetivo es presentar un retrato compasivo de la historia de su familia, ya que su madre Concha ha cumplido 82 años este año y Puy, la menor de las hermanas, lidera la búsqueda del gemelo de Ferran.
El proyecto busca servir como una reflexión sobre el impacto del fenómeno de los bebés robados en España, a través de las experiencias y recuerdos de la familia. Plantea preguntas sobre las prácticas del pasado y el papel de instituciones como la iglesia en eventos que han atormentado a generaciones. Destaca la influencia de la Guerra Civil Española y la dictadura de Franco décadas después de estos eventos, así como las consecuencias del Pacto del Olvido (1977), ya que nos invita a reflexionar sobre el impacto social más amplio del fenómeno de los bebés robados en España.